Bien es sabido que, excepto los brazos, el resto de partes del cuerpo son susceptibles de ser superficies de contacto válidas para jugar al fútbol. Después del pie, la superficie de contacto que más se utiliza en el fútbol es la cabeza.
El golpeo de cabeza se utiliza para jugar los balones aéreos y que normalmente no son susceptibles de ser jugados con el pie.
Analizando la técnica de este gesto técnico, las superficies de contacto más utilizadas son la frontal (proporciona potencia y orientación), frontal-lateral ( potencia y orientación) parietal (desvíos) y occipital (prolongaciones).
A lo largo de un partido se dan infinidad de golpeos de cabeza, y todos ellos son muy particulares, lo que hace especialmente importante un buen análisis de la situación del juego y en consecuencia una buena toma de decisión para conseguir una buena y efectiva ejecución del mismo.
No obstante, en general para una correcta ejecución técnica del golpeo de cabeza, ya sea en tareas defensivas como ofensivas, es necesario saber coordinar la trayectoria del balón con nuestro movimiento de salto, suspensión en el aire, y contacto final con el balón.
Los jugadores altos (como Fernando Llorente, Fernando Morientes, Zigic, Luca Toni) siempre han tenido una obvia ventaja en este tipo de situaciones de juego. No obstante, el golpeo de cabeza no se basa ni mucho menos en la altura del rematador, sino que son muy importantes tanto la técnica de salto (potente, coordinado y con decisión) como la de golpeo ( potente y preciso) y de ahí que históricamente hayan existido grandes rematadores de cabeza que no han sido precisamente altos (véase José María Bakero, Carlos Santillana, etc)
Por posiciones, tanto los defensas centrales como los delanteros centros han sido históricamente los jugadores con mejor técnica de golpeo de cabeza.
Aquí os dejo a uno de los rematadores de cabeza más espectaculares y a la vez efectivos de la historia del fútbol español, Carlos Santillana:
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